jueves, 3 de enero de 2013

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Escribo esta entrada con lágrimas en los ojos que nublan mi vista, pero no está más nublada que los días que vienen.

Pasan las horas, los días y cada vez tengo más necesidad de hablar contigo, de que estés conmigo, pendiente y lucho porque sea así, rezo porque sea así.
Hasta hace 2 años y 5 meses, exactamente 924 días, para ninguno de los dos era impensable el separarnos, ahora lo que más temíamos se está cumpliendo.

Llevo unos días muerta, sin ganas de comer, con ansiedad y todo por no hacerme la idea de lo que viene encima.

Pero ante todo, además de todo esto sé que me quieres, que me cuidas y que te importo.
La esperanza es lo último que se pierde.

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